Phantom a los 100: un siglo de música, lujo y leyenda
- Ana Bouzas

- 22 ago
- 2 Min. de lectura

Rolls-Royce celebra el centenario del Phantom, un icono del automovilismo que, durante más de cien años, ha acompañado a las grandes figuras de la música, desde Marlene Dietrich y Elvis Presley hasta John Lennon, Elton John y 50 Cent. Más que un automóvil, Phantom se ha convertido en un lienzo de expresión personal y en un símbolo atemporal de éxito y creatividad.
Desde los albores del jazz hasta la era dorada del rock, pasando por el hip-hop y el R&B, el Phantom ha ocupado un lugar protagónico en la historia de la música moderna. A lo largo de ocho generaciones, este modelo ha trascendido su condición de obra maestra de ingeniería para transformarse en parte del imaginario cultural: un automóvil que refleja estilo, personalidad y visión.
Un ícono que rueda con la historia
En 1930, Marlene Dietrich recibió un Phantom I verde al llegar a Hollywood, que incluso apareció en la película Marruecos, nominada al Oscar. Tres décadas después, Elvis Presley se desplazaba en un Phantom V azul medianoche, equipado con micrófono y tocadiscos, mientras que John Lennon desafió los cánones al encargar un Phantom psicodélico, pintado a mano con tonos vibrantes, que se convirtió en emblema del Summer of Love.
La tradición continuó con Liberace, cuyo Phantom V revestido de espejos iluminaba sus shows en Las Vegas, y con Sir Elton John, quien personalizó varios modelos con interiores únicos, sistemas de sonido a medida y detalles extravagantes. En el terreno del mito, Keith Moon, de The Who, dio origen a una de las leyendas más persistentes del rock: la del Rolls-Royce hundido en una piscina.
De la psicodelia al hip-hop
Con el cambio de siglo, el Phantom encontró un nuevo escenario en el hip-hop. Desde 2003, con la llegada del Phantom VII en Goodwood, Rolls-Royce se convirtió en la marca más mencionada en letras de canciones. Snoop Dogg y Pharrell Williams lo inmortalizaron en Drop It Like It’s Hot, 50 Cent lo llevó a la pantalla en Entourage, y Lil Wayne lo convirtió en portada de álbum. El detalle más icónico, el Starlight Headliner, pasó de ser una opción de personalización a símbolo cultural, repetido en incontables versos como “stars in the roof”.
Un legado eterno
En su centenario, el Phantom sigue representando lo que ninguna otra creación automotriz logra: ser al mismo tiempo un objeto de lujo extremo, una pieza de diseño artesanal incomparable y un emblema cultural que trasciende generaciones.
Más que un automóvil, el Phantom es un escenario sobre ruedas. Un espacio donde la música, el arte y la individualidad se encuentran. Y, a 100 años de su nacimiento, su legado continúa siendo el mismo: un canto al éxito, la creatividad y el poder de la imaginación humana.*
Fuente: Rolls-Royce Motor Cars

































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