Rolls-Royce Black Badge Ghost Gamer: cuando el lujo entra en modo arcade
- Andrés Canet

- hace 21 minutos
- 2 Min. de lectura

La marca británica presenta el Black Badge Ghost Gamer, una edición Bespoke totalmente inspirada en la cultura de los videojuegos vintage y el universo 8-bit. Concebido para un coleccionista apasionado por las primeras salas de arcade, este modelo convierte al auto en una experiencia inmersiva donde cada detalle —desde el diseño exterior hasta los guiños ocultos— funciona como un “nivel” por descubrir.
El Ghost Gamer está cargado de elementos únicos: un ‘Cheeky Alien’ hand-painted Coachline, interiores con bordados Player 1 a Player 4, un Starlight Headliner ‘Pixel Blaster’, una Iluminated Fascia ‘Laser Base’ y una serie de Easter eggs inspirados en joysticks retro. Cada pieza fue desarrollada por el equipo Bespoke tras sumergirse durante un mes en la estética 8-bit, recuperando colores, gráficos y el espíritu de la era dorada del gaming.
Insert Coin: un collectible sobre ruedas
Este es el primer Rolls-Royce inspirado en la cultura arcade, un universo que hoy se consolida como territorio de coleccionismo de alto valor: consolas vintage, títulos icónicos y hardware de los 70 y 80 se convirtieron en objetos tan deseados como una obra de arte contemporáneo. Rolls-Royce traduce esa nostalgia en un auto que mezcla evocación y tecnología, pensado para clientes que coleccionan experiencias tanto como piezas.
Press Start: estética exterior en clave retro-futurista
El Ghost Gamer combina un two-tone Salamanca Blue con un techo Crystal over Diamond Black, un look que recuerda la iluminación neón y el brillo metálico de las máquinas arcade. El ‘Cheeky Alien’ —creado con 89 “píxeles” pintados a mano— aparece a cada lado acompañado de explosiones 8-bit en distintos colores. La Iluminated Pantheon Grille refuerza el espíritu futurista, mientras que las llantas Black Badge de 22” cierran el conjunto.
Ready Player One: un interior que invita a jugar
Puertas adentro, todo empieza a cobrar vida. Los asientos lucen bordados Player 1/2/3/4, tipografía 8-bit y colores que imitan el parpadeo de los monitores arcade. En los apoyacabezas, el ‘Cheeky Alien’ vuelve a aparecer en bordados pixelados.
Entre los asientos traseros, la pieza conocida como Waterfall despliega una escena galáctica pintada a mano: naves, estrellas y un paisaje lunar inspirados en las artes gráficas de las primeras consolas, desarrollada con técnicas combinadas de pincel, esponja y aerografía. El Black Badge Technical Fibre suma destellos plateados y oculta pequeños Easter eggs, como aliens metálicos y símbolos grabados que sólo aparecen cuando el usuario explora cada rincón.
High Score: luz, juego y espectáculo
El Starlight Headliner ‘Pixel Blaster’ crea una batalla espacial en el techo del vehículo con 80 naves hechas de luces de fibra óptica. El clásico Shooting Star de Rolls-Royce fue reprogramado para simular disparos láser. En la fascia iluminada, un “gunship” formado por 85 estrellas parece avanzar por el firmamento virtual.
Los Bespoke Illuminated Treadplates completan la experiencia: al abrir las puertas, aparecen comandos icónicos como “PRESS START”, “LOADING…”, “LEVEL UP” e “INSERT COIN”.
Un auto para quienes juegan distinto
Destinado a un emprendedor tecnológico, el Black Badge Ghost Gamer confirma que una nueva generación de coleccionistas no solo busca lujo: busca códigos culturales, emoción, creatividad y piezas únicas. Rolls-Royce responde con un auto que invita a volver a sentir lo mismo que al poner la primera ficha en un arcade: puro asombro.*























Comentarios