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Grand Tour Marruecos 2025: 2.500 km de lujo, motores y desierto

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En Marruecos, donde el desierto se funde con el asfalto y las montañas se elevan como gigantes silenciosos, once automóviles excepcionales escribieron una crónica irrepetible. El Grand Tour Marruecos 2025, primera aventura internacional de Gasari Drivers Club, recorrió 2.500 kilómetros de gargantas vertiginosas, palmerales infinitos, carreteras imposibles y dunas doradas que parecían iluminadas para la ocasión. Un viaje diseñado para quienes conciben la conducción como un arte… y el lujo como una forma de vivir la aventura.


Una caravana cinematográfica

Durante ocho días, más de veinte apasionados del motor avanzaron en convoy como si fueran los protagonistas de una superproducción: curvas del Tizi n’Tichka, el esplendor ocre del Atlas, las gargantas del Todra, el serpenteante Dades y la inmensidad del Erg Chebbi. Cada auto —un Alpine A110 GTS azul pavo real, dos generaciones del legendario Porsche 911, o descapotables como el Boxster, el SL 500 y el CLK 430— componía una postal que parecía demasiado perfecta para ser real.


La imagen del Alpine A110 GTS elevándose entre montañas o rugiendo sobre los desiertos marroquíes podría considerarse la firma estética del viaje: elegancia, herencia deportiva y un guiño a aquel Rally de Marruecos del ’73 que marcó su historia.


Ocho días, once máquinas y miles de historias

El Grand Tour arrancó en Algeciras, con el ferry como preludio inevitable. Una vez en territorio africano, la caravana empezó su danza mecánica rumbo a Asilah, Rabat y Marrakech, donde los participantes vivieron el ritmo frenético de la medina antes de lanzarse “a pleno gas” hacia el Atlas.


El ascenso al mítico Tizi n’ Tichka, a 2.260 metros, se convirtió en una experiencia iniciática: pueblos vibrantes, niños saludando al paso de los deportivos y ese silencio majestuoso de la montaña que solo interrumpían los motores en reducciones perfectas. Luego llegarían Telouet, Ait Ben Haddou, el valle del Draa, Mhamid, Amellagou y decenas de horizontes más, cada uno con su propio tono de aventura.


Más que un viaje de motor: un viaje humano

En cada noche, entre hoteles de cinco estrellas y riads cargados de magia, las conversaciones fluían con naturalidad: anécdotas del día, fotos compartidas, risas y complicidades que solo nacen cuando un grupo vive algo extraordinario. Porque si algo definió al Grand Tour fue su espíritu de camaradería, ese que convirtió a desconocidos en compañeros de ruta y, probablemente, en amigos para siempre.


En la gala final en Xaluca Aguelmane Sidi Ali, todos coincidieron: los 2.500 km se habían hecho cortos. Habían cruzado ríos secos, carreteras en obras, autovías caóticas y pueblos de barro estrechísimos… pero también habían visto Marruecos desde un prisma privilegiado: el de quienes lo recorren a bordo de su coche favorito, dejando que el paisaje lo cuente todo.


El mito del Dr. Gasari

El Grand Tour nace de una figura enigmática y casi legendaria: el Dr. Gasari, ingeniero nacido en 1953, devoto de cualquier cosa que tenga motor y capaz de reconocer belleza en un chasis tanto como en un amanecer. “El dinero vuela, pero un coche bonito es para toda la vida”, repite como mantra.


¿Quién es realmente? No hay una respuesta clara. Tal vez lo encuentres algún día al amanecer,

conduciendo por una carretera de montaña con un clásico impecable, gafas Persol y gesto serio. Si lo ves, quizá estés frente al hombre que inspiró una de las rutas más soñadas del mundo.*

Fuente: Gasari Drivers Club

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