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Test Drive • Citroën SpaceTourer 2.0 HDi: Apto todo público


Se acabaron las excusas. Su performance, su autonomía, y su capacidad de trasportar hasta ocho personas con total confort y seguridad, son apenas algunos de los motivos para salir a la ruta. Nosotros aportamos nuestro granito de arena al cuentakilómetros de esta unidad de

pruebas y la llevamos hasta Tandil.


A diferencia de la mayoría de estos vehículos, que nacen como utilitarios de trabajo y luego derivan en una versión de pasajeros, en el caso del SpaceTourer fue exactamente al revés. Citroën primero desarrolló este minibús familiar (basado en la misma plataforma que utiliza el C4 Picasso) para crear un “monoambiente” de dimensiones exorbitantes, y luego creó su variante de trabajo (el Jumpy). Lo dotó de todo el confort y seguridad posible, le acopló un motor diesel que es una delicia y lo calibró con un comportamiento dinámico brillante. El resultado es un producto que saca 10 en todas las materias, para recibirse con honores como el mejor vehículo para salir a “rutear” en familia, y si ésta es numerosa mucho mejor.


Por fuera se lo ve enorme, y lo es. Pero es notable cómo el diseño va jugando un rol cada vez más importante para lograr que llegue a la vista con gracia y aprobación. Su altura de 1,90 metros será un problema a la hora de lavarla, pero una bendición a la hora de pasar por los peajes o de ingresar a algún estacionamiento subterráneo. Plantea líneas tradicionales pero con mejor resultado que otras. Suaves y redondeadas para el frontal, y bien cuadraditas para el habitáculo hasta la zaga con el objetivo de brindar un mayor espacio interior.


Basta con abrir cualquiera de sus puertas para entender el concepto que Citroën volcó adentro. Un salpicadero que presenta un diseño más parecido al de un monovolumen que al de un utilitario, fenomenalmente equipado, bien terminado y con un nivel de calidad superlativo para el segmento. No importa cuál butaca ocupe uno, todas ofrecerán una auténtica experiencia. Hay puertos USB por todos lados, incluso varias tomas de 110-220v para enchufar una laptop o una licuadora (si así lo desearan, mesitas, cortinas, posavasos y lo más importante, forzador y control de temperatura para las plazas traseras con salidas de aire que recorren todo el largo del techo. En fin, todo lo que puede necesitar uno para disfrutar de un viaje cuando lo hace sentado atrás. A mi gusto personal, el único faltante que podría incluirse, aunque sea como un opcional, es algún sistema de entretenimiento como pantallas o tablets, o alguna ranura para insertar un chip de telefonía móvil para crear una red que brinde internet a bordo. Y ahí sí, no me bajan más.

No importa cuál butaca ocupe uno, todas ofrecerán una auténtica experiencia.

Todo en este SpaceTourer es grande, por eso las puertas laterales y el portón trasero (todos de dimensiones exageradas) son de accionamiento eléctrico. Incluso el acceso al habitáculo es fácil. Su gran altura nos permite subirnos sin la necesidad de agacharnos, aún si nos toca viajar en la última fila. También tiene bien resuelto un problema que muchos vehículos de tres filas de asientos afrontan, y es el espacio para cargar el equipaje de todos los pasajeros. Para ello, las dos filas posteriores van ancladas a unos rieles que permiten adaptarlas longitudinalmente y así lograr un espacio de carga en el compartimento del baúl suficiente para que cada pasajero lleve sus pertenencias. Incluso pueden girarse (ideales para jugar al truco), reclinarse o desmontarse para configurar el espacio interior a su gusto y necesidad. La luneta trasera puede abrirse de manera independiente presionando un pequeño botón situado junto a la patente, para acceder a esos objetos como camperas o pequeñas bolsas sobre la bandeja o donde el espacio no permite la apertura completa del portón.


Dicho esto, es fácil entender por qué se diferencia de sus rivales (principalmente la Mercedes Benz Vito o la Hyundai H1), no solo por su apariencia más agraciada y un interior que deslumbra, sino también por su comportamiento dinámico. La combinación de su motor diesel HDi de 2 litros y 150 CV acoplado a una transmisión automática/secuencial de seis marchas con levas detrás del volante (¡Sí, levas!) hace que sea fácil moverlo, aún con las ocho plazas disponibles ocupadas. El motor empuja con un brío reconfortante y con un silencio interior igualmente agradable, tanto que si las aceleraciones se hacen con suavidad, los ocupantes no se darán cuenta de que se lleva una elevada velocidad de crucero. La máxima se sitúa en los 170 km/h, que no está nada mal teniendo en cuenta la envergadura y el peso del vehículo (1.730 kg). Pero el SpaceTourer se disfruta mejor a velocidades legales, evitando el estrés y disfrutando de la compañía multitudinaria. Si bien informa un consumo oficial bastante contenido, la realidad que me ha tocado vivir es que a 120 km/h (velocidad legal en muchas de nuestras rutas) y cargado con seis pasajeros más su repectivo equipaje, el consumo se ve algo penalizado, en parte por su enorme cara frontal y por el peso transportado. De todos modos el resultado es más que satisfactorio teniendo en cuenta que estamos hablando de un vehículo que puede cargar hasta ocho personas, ya que compensa con su gran autonomía gracias a un generoso tanque de combustible de 69 litros. Si tuviera un baño seguramente no se detendría en el camino hasta agotar la última gota de ese néctar favorito de los que somos ruteros: el gasoil.

Lo mejor de su propulsor HDi de 2.0 litros y 150 cv es la entrega a bajo régimen y el consumo contenido.

Como mencionamos anteriormente, al tener un chasis derivado del que utiliza el C4 Picasso, brinda la sensación de mayor control y estabilidad que la de un furgón. Se muestra realmente ágil incluso en zonas reviradas. Apenas se balancea, pero conviene recordar su peso y, por lo tanto, las inercias considerables. Tal vez el único reclamo que le haría sería la de una dirección más directa y precisa. En cuanto a los frenos, no me animé a ponerlos a prueba con el SpaceTourer cargada hasta el tope. No porque temiera que no estuviesen a la altura de las necesidades, sino por no tener que limpiar del lado interno del parabrisas el irremediable collage que dejarían las gaseosas y snacks que llegarían desde el fondo. El ABS, ESP, y todos los artilugios de seguridad activa y pasiva que puede necesitar un vehículo de estas características están disponibles de serie. Alcanzó la puntuación de 5 estrellas por la Euro NCAP, obteniendo el mejor resultado del segmento en cuanto a protección de sus ocupantes más pequeños con un 91/100.


Sus generosas dimensiones batallarán con el escaso espacio disponible en la ciudad, pero el comprador del Citroën SpaceTourer ya sabe esto, y está dispuesto a asumirlo. En el extremo opuesto, tendrá un monovolumen ideal a la hora de salir a la ruta, sobretodo si va acompañado de mucha gente. Su balance equilibrado hace que uno disfrute tanto de su conducción como de cualquiera de sus plazas. Al fin y al cabo se trata de disfrutar de la experiencia del viaje en sí mismo, y esto es lo que propone este excelente producto francés.•

Fotos: Andrés Canet
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